Mirador de Huaynacuri en Pillaro |
Este sector es un estupendo mirador, adecuado para realizar camping o simplemente para tomarse un pequeño descanso en medio de la naturaleza. Pero más allá de eso, es el lugar natal del mítico héroe indígena Rumiñahui en cuyo honor se ha edificado un monumento de granito al cual acuden sus habitantes año a año a celebrar las fiestas del Inti Raymi durante los meses de mayo y junio.
En el Mirador de Huaynacuri, se conserva imponente y misterioso del cual se cuentan mil leyendas en diferentes épocas de la historia. Un mirador natural conformado por el paisaje que se puede admirar.
Es un mirador ubicado a 15 minutos del centro del cantón Pelileo, desde aquí se puede admirar una gran extensión del cantón, al llegar a la cima observamos un paraje un poco abandonado, pero cuando nos vayamos acercando hacia los bordes de las diferentes posibles ubicaciones se sorprenderá.
Es una amplia meseta con apariencia de un balcón natural, sitio desde donde se contemplan, los atractivos de la ciudad, al llegar al mirador puede realizar camping o simplemente descansar.
Actualmente el I. Municipio de Píllaro se encuentra trabajando en un gran proyecto en el sector el mismo que comprende un gran parque con monumentos de todos los héroes indígenas de este cantón, este gran parque comprende primeramente una plazoleta en la cual se realizarán eventos socio – culturales los fines de semana.
Dirección
El mirador de Huaynacuri se encuentra a 15 minutos del centro de este cantón Píllaro.
El mirador de Huaynacuri se encuentra a 15 minutos del centro de este cantón Píllaro.
Descripción
Un mirador con una belleza única, para llegar a la cima hay que recorrer un hermoso recorrido que poco a poco va mostrando la belleza de la ciudad de Píllaro; desde el mirador se puede contemplar algunos lugares de historia de la ciudad, donde las coloridas y coloniales casas dan vida al irregular relieve sobre el cual las han edificado.
Un mirador con una belleza única, para llegar a la cima hay que recorrer un hermoso recorrido que poco a poco va mostrando la belleza de la ciudad de Píllaro; desde el mirador se puede contemplar algunos lugares de historia de la ciudad, donde las coloridas y coloniales casas dan vida al irregular relieve sobre el cual las han edificado.
Para visitar este lugar se ingresa desde el centro de Píllaro a 15 minutos, este lugar posee una hermosa vista; desde aquí podemos observar casi toda la ciudad.
Mirador que permite apreciar el paisaje natural de cerros y valles aledaños, así como también la ciudad de Píllaro.
El ascenso al mirador es un atractivo más ya que se va admirando el encantador paisaje una combinación perfecta de escenarios y colores. Por lo tanto, es recomendado llegar caminando al mirador.
Píllaro por sí mismo es un gran mirador. Pero no sólo por eso, su geografía natural parece haber sido diseñada para que la ciudad fuera admirada desde cualquier punto. Y como si no fuera suficiente, también su arquitectura es tan estratégica como para no quitarle la mirada a esta ciudad coqueta.
Si lo que busca es acaparar los cerros de la ciudad, y ver más allá de lo evidente: desde el Mirador de Huaynacuri, la mirada llega a toda la ciudad se ve claro. Un mirador privilegiado, se puede descubrir el tanto el norte como el sur de Píllaro, inmenso que nos da la sensación de una ciudad interminable y gozar con los paisajes que brinda.
Fiesta del Inti Raymi
Antes de la llegada de los conquistadores españoles a los Andes, las fiestas eran uno de los componentes fundamentales en la vida y cosmovisión de las sociedades aborígenes.
Antes de la llegada de los conquistadores españoles a los Andes, las fiestas eran uno de los componentes fundamentales en la vida y cosmovisión de las sociedades aborígenes.
Las fiestas eran para los nativos verdaderos ritos de integración del hombre con la naturaleza, de las comunidades entre sí y de las comunidades con sus dioses. Para determinar las fechas especiales de los festejos religiosos los incas y demás etnias del área andina, desarrollaron un calendario anual de 12 meses y 360 días.
La medición del tiempo lo hacían con ciertos instrumentos, colocados a una determinada distancia y posición, cada mes lo indicaban en cada pilar de acuerdo al aparecimiento, dirección y puesta del sol. Los pilares eran denominados succanga a través de ellos se planificaba las actividades económicas. Los mayas y aztecas iniciaban el año en el mes de marzo lo que, en cambio, los incas y demás etnias lo hacían en Enero dando a cada mes su propio nombre.
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